lunes, 17 de junio de 2013

SOMIEDO - BRAÑA MUMIAN

SOMIEDO - BRAÑA DE MUMIAN


Es una ruta fácil con un desnivel acumulado de 822 metros en un recorrido de 13 km, que se puede hacer fácilmente en 3.5-4 horas.



Desde la carretera que parte de Pola de Somiedo, hacia Santa Maria del Puerto (ó puerto de Somiedo), una vez pasados unos 4 km. pueblo de Caunedo se toma una desviación a mano izquierda que conduce a la braña vaqueira de La Llamardal, punto de inicio del recorrido a pie; a pocos metros de tomar esta carretra local, existe una pequeña zona de aparcamiento.



El sendero se inicia en La Llamardal (1.300 m) y es acompañado de los prados de siega que rodean la aldea. La senda transcurre en suave ascensión a media ladera de las cumbres de Pico Alto 1.852 m y Peña Gúa 1.690 m, que forman parte de la Sierra de Peñalba, para salir después a una zona de prados de siega con lindes de piedra separando las fincas. 







Poco antes de alcanzar la Braña de Mumián, en una especie de mirador, desde el que ya es visible la braña y también los pueblos somedanos de Güa y Caunedo, conviene hacer un alto y disfrutar de esta privilejiada atalaya - Canto La Mostachal.


El sendero continúa entre muros recorriendo la braña de Mumián hasta llegar a la Fuente El Cañu, donde pueden verse antiguas "otcheras", construcciones utilizadas antaño para conservar a baja temperatura la leche gracias al frescor del agua corriente.







La configuración de esta braña, difiere de la mayoria de las existentes en Somiedo (La Pornacal, Los Cuartos, La Corra, La Mesa, Sousas, etc. puesto que esta es una braña Xalda (somedanos no vaqueiros), y se diferencian en que las cabañas ó teitos se encuentran dentro de las fincas particulares (prados), mientras que las brañas vaqueiras, se encuentran en terreno común.



El poblado y el paisaje son de gran belleza, con una hermosa vita del Pico El Mocoso de Páramo 1.988 m y de la Sierra de Páramo situados enfrente (Oeste), al otro lado del valle del río Somiedo.
Se sale de la braña entre piornales en los que domina la escoba negra (Cytisus scoparius), con cuyas ramas se confecciona el techo de las cabañas.



 El sendero comienza a descender luego y se interna en el hayedo de La Enraimada, zona catalogada como de Uso Restringido, por lo que no se puede abandonar la pista, debiendo caminarse en silencio para no perturbar la vida en el bosque. El camino sigue su fuerte descenso en zigzag, pudiendo disfrutarse a través de los claros del hayedo de excelentes vistas de la aldea de Urria. La proximidad del pueblo de Coto de Buenamadre empieza a manifestarse en un cambio de vegetación, al ser sustituido el hayedo por pastizales de siega, con gran diversidad de especies y orlados de avellanos, espineras, arces y fresnos, entre otras especies menos abundantes.







El regreso se realiza por el mismo camino, a no ser que se disponga de un vehículo en El Coto de Buenamadre, adonde se accede desde la carretera de Pola de Somiedo a Valle de Lago tomando un desvío a la derecha antes de alcanzar la aldea de Urria. 

FUENTE: WIKIRUTAS.




jueves, 13 de junio de 2013

POMPEYA Y HERCOLANO

POMPEYA

"Poco después la nube descendió y cubrió el mar. Miré hacia atrás: una densa nube negra se elevaba a nuestras espaldas, esparciéndose sobre la tierra como una inundación. Cayó la oscuridad completa, no aquella de una noche oscura o sin luna, sino tal como si se hubiese apagado la lámpara dentro de una habitación cerrada. Se podían escuchar los alaridos de las mujeres, el llanto de los infantes y los gritos de los hombres... y había aquellos que rezaban pidiendo la muerte dentro de su terror de morir. Muchos buscaron la ayuda de los dioses, pero aún más imaginaban que no existían ya dioses y que el universo caía en picado para sumirse en una oscuridad eterna hasta el fin de los tiempos. "

Plinio el Joven describe así en sus Cartas (VI, 20) los acontecimientos del 24 de agosto del 79 de nuestra era, cuando una violenta erupción arrasa el valle del Vesubio destruyendo todo lo que encuentra a su paso. 


El tiempo se detuvo en la bulliciosa Pompeya aquel fatídico 24 de agosto del año 79 de nuestra era, cuando las cenizas y la lava del Vesubio la sepultaron para siempre. ¿Para siempre?


Fue enterrada por la violenta erupción del Vesubio el 24 de agosto del año 79 d. C. Gruesas capas de ceniza cubrieron dos ciudades situadas en la base de la montaña, y sus nombres y localizaciones fueron olvidados. Herculano fue redescubierta en 1738, y Pompeya en 1748.


Intervino como patrono y visitante frecuente de los trabajos, el Rey Carlos VII de Nápoles, mucho más conocido como Carlos III de España entre 1759 y 1788.
Desde entonces, ambas villas han sido excavadas revelando numerosos edificios intactos, así como pinturas murales. Realmente el descubrimiento tuvo lugar en el año 1550, cuando el arquitecto Fontana estaba excavando un nuevo curso para el río Sarno. Pero hubo que esperar 150 años antes de que se iniciara una campaña para desenterrar las ciudades. Hasta esa fecha, se asumía que Pompeya y Herculano se habían perdido para siempre.



El foro, los baños, muchas casas y algunas villas permanecieron en un sorprendente buen estado de conservación.



La fecha tradicional para la erupción que aparece en el relato de Plinio el Joven es el 24 de agosto de 79. Sin embargo, esta fecha puede deberse a un error de transcripción durante la Edad Media, como se extrae de otras versiones de las cartas. Por tanto, algunos expertos opinan que en realidad tuvo lugar en otoño o invierno, dada la gran cantidad de frutos otoñales hallados entre las ruinas y el hallazgo de una moneda cuya fecha de acuñación más temprana no debió ser anterior a septiembre de 79.6 De hecho, algunas excavaciones sugieren que ya había acabado la vendimia.


El año 59 se produjeron serios disturbios en el anfiteatro de la ciudad entre los pompeyanos y unos visitantes de Nuceria, que tuvieron como resultado diversos muertos y heridos. El enfrentamiento fue de tal magnitud que llegó a oídos del emperador Nerón, que prohibió las exhibiciones de gladiadores durante 10 años.



Aunque la ciudad de Pompeya se ha conservado en un estado envidiable bajo la capa de cenizas, hay que tener en cuenta que durante la erupción los edificios vivieron un fenómeno muy parecido a un bombardeo, motivo por el cual la mayoría de los tejados se vinieron abajo y muchas edificaciones grandes se hallaron gravemente arruinadas.



Durante las excavaciones, ocasionalmente eran hallados huecos en la ceniza que habían contenido restos humanos. En 1860, el arqueólogo italiano Giuseppe Fiorelli sugirió rellenar estos huecos con yeso, obteniendo así moldes que mostraban con gran precisión el último momento de la vida de los ciudadanos que no pudieron escapar a la erupción.



El número actual de víctimas detectadas es de unas 2.000, y es de esperar que aparezcan muchas más en las partes de la ciudad que todavía no han sido excavadas.






La ciudad ofrece un cuadro de la vida romana durante el siglo I. El momento inmortalizado por la erupción evidencia literalmente hasta el mínimo detalle de la vida cotidiana. Por ejemplo, en el suelo de una de las casas (la de Sirico), una famosa inscripción Salve, lucrum ("Bienvenido, dinero"), quizás con intención humorística, nos muestra una sociedad comercial perteneciente a dos socios, Sirico y Numiano (aunque este último bien podría ser un apodo, ya que numus significa moneda).



En otras casas abundan los detalles sobre diversos oficios, como los trabajadores de la lavandería (fullones). Así mismo, las pintadas grabadas en las paredes son muestras del latín empleado en la calle.



Los perros guardianes siguen encadenados a las paredes de las casas de sus amos, al igual que los gladiadores del anfiteatro (en este último caso, acompañados de una misteriosa mujer cargada con todas sus joyas de gala).



Pompeya se ha convertido en un destino turístico popular de Italia. Actualmente es parte del Parque nacional del Vesubio, más amplio, y fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 1997. Las «zonas arqueológicas de Pompeya, Herculano y Torre Annunziata» se registraron con el código conjunto de 829 y las siguientes localizaciones, todas ellas en la provincia de Nápoles, región de Campania.









Sin embargo, no hay que pensar que la ciudad que se excava en la actualidad quedó congelada en el momento de la erupción. La población de Pompeya se calcula entre las 6.500 a las 30.000 personas, mientras que sólo se han encontrado unos 2.000 cadáveres.



Además, muchos de los edificios están extrañamente vacíos, lo que hace pensar que gran parte de la población habría huido ya durante los terremotos que precedieron a la erupción (recordando, quizás, el gran terremoto del año 62) y se habrían llevado con ellos una parte de sus objetos de valor.


Se explican así, además, algunos de los tesoros que se han hallado en la ciudad, ya que los ciudadanos que huyeron los escondieron para recuperarlos cuando los problemas pasaran.


En algunos de ellos la expresión de terror es claramente visible. Otros se afanan en tapar su boca o la de sus seres queridos con pañuelos o vestidos tratando de no inhalar los gases tóxicos, y alguno se aferra con fuerza a sus joyas y ahorros. Tampoco falta quien prefirió ahorrarse el tormento quitándose la vida, conservándose su cuerpo junto a pequeñas botellitas que contenían veneno.




La ciudad estaba situada en una zona donde abundaban las villas vacacionales, y contaba con numerosos servicios: el macellum (gran mercado de alimentos), el pistrinum (molino), los thermopolia (una especie de taberna que servía bebidas frías y calientes), las cauponae (pequeños restaurantes) y un anfiteatro.


El lupanar es centro de las visitas guiadas de la ciudad, y a pesar de no ser muy grande, poseia una gran cantidad de mosaicos y pinturas sexuales explícitas que se pueden contemplar en el Museo de Nápoles.
La villa del fauno es una de las más famosas de la ciudad. Se llama así por la pequeña estatua de bronce que se encuentra en el patio ( la original está en el Museo arqueológico de Nápoles ).



En ella se encontró el famoso mosaico de Alejandro Magno contra el rey Dario I en la batalla de Issos ( el original también está en el museo napolitano ), y es centro de peregrinaje de todos los grupos organizados de turistas, por lo que es difícil de ver con tranquilidad.




El trazado de la muralla ya estaba definido en el siglo VI a.C. y probablemente también el de las principales calles, aunque incluso en el año 79 permanecían en la ciudad, especialmente en el sector oriental, numerosos descampados y cultivos, que muestran que el espacio intramuros nunca estuvo muy densamente poblado.


Pompeya es la única ciudad antigua de la que se conoce de forma precisa su estructura topográfica, sin modificaciones posteriores. No estaba distribuida en un plano regular como solía ocurrir con las ciudades romanas, debido a la irregularidad del terreno. Pero sus calles eran rectas y formaban una rejilla al más puro estilo romano, con su cardo y dos decumanos.



El Museo Arqueológico de Nápoles es imprescindible para completar la visita a estos emplazamientos arqueológicos. Situado al final de la via Toledo, está ubicado en una antiguo palacio enfrente de las galerías Comune di Napoli.


Se exponen todos los mosaicos, pinturas, mármoles y objetos de las excavaciones arqueológicas de la zona, así como otras colecciones como la Farnese, egipcias, etc..














Tiene una zona muy interesante dedicada a mosaicos, pinturas y objetos/esculturas de temática erótica ( incluso pornográfica ), localizados en los lupanares de las ciudades enterradas.








HERCULANO

Hoy en ruinas, en su día fue más pequeña pero más rica que Pompeya. Es conocida por haberse conservado, como Pompeya, al haber sido enterrada en las cenizas de la erupción del Vesubio, el 24 de agosto del año 79. Fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, junto con Pompeya y otros yacimientos arqueológicos de la zona, en 1997.


Incluso mejor conservada que Pompeya, la visita es más corta y cómoda, ya que no suele haber las aglomeraciones de gente de su hermana más famosa.


Pueden verse casas conservadas en toda su altitud ( 2 y 3 pisos ), y con enseres en su interior, incluso de madera, algo bastante inusual.






Las termas masculinas y femeninas, tabernas, panaderias, villas particulares, pueden vistarse casi en su totalidad, no como en Pompeya donde sólo es posible vistar la tercera parte de sus edificios, debido a los trabajos de reconstrucción y rehabilitación que  se levan a cabo en su interior.