sábado, 22 de febrero de 2014

MONTE SAINT-MICHEL

MONT SAINT-MICHEL


El Monte Saint-Michel se alza en el centro de una inmensa bahía bañada por las mayores mareas de Europa. En el límite entre Normandía y Bretaña, entre Cancale y Granville, la bahía del Monte Saint-Michel, con una superficie aproximada de 500 km2, es la mayor superficie francesa de prados salados y de pólders.



A petición del arcángel Miguel, «jefe de los ejércitos de Dios», Aubert, obispo de Avranches, construyó una iglesia que dedicó al arcángel el 16 de octubre de 709. En el año 966, por solicitud del duque de Normandía, se instaló en la isla una comunidad de benedictinos. Antes del año 1000 se erigió la iglesia pre-románica. En el siglo XI, se construyó la abadía románica sobre un conjunto de criptas, en la cima del peñasco al tiempo que los primeros edificios conventuales conquistaban la pared norte. En el siglo XII, los edificios conventuales románicos se expandieron en el oeste y en el sur.



Posteriormente, en el siglo XIII, el rey Felipe Augusto, tras conquistar Normandía, dio una buena cantidad de dinero que permitió levantar el conjunto gótico del Monte Saint-Michel, la «Maravilla»: dos edificios de tres pisos coronados por el claustro y el refectorio, donde residían los monjes. En los siglos XIV y XV, la guerra de los Cien años hizo necesaria la protección de la abadía mediante un conjunto de construcciones militares que le permitieron resistir a un sitio que duró más de treinta años.




En la ladera sur del peñasco, protegido por unas murallas erigidas entre los siglos XII y XV, el pueblo cuenta con gran número de edificios clasificados como monumentos históricos, pequeños museos locales y comercios turísticos. Los visitantes pueden seguir el adarve, salpicado de pequeños jardines protegidos y admirar desde ahí las magníficas vistas del litoral.




El coro románico de la abadía se desplomó en 1421 y fue remplazado por un coro gótico flamígero a finales de la Edad Media. La abadía benedictina, experimentó modificaciones continuas hasta el siglo XVIII, lo que le permite materializar a la perfección los estilos carolingio, románico, gótico flamígero y clásico.




Desde 1897, en la cúspide de la iglesia, una estatua de bronce dorado, que representa al santo epónimo venciendo al dragón, se alza a 170 metros por encima del mar. Es obra de un escultor francés, Emmanuel Fremiet, añadida durante las primeras obras importantes de restauración de finales del siglo XIX.





Durante la Revolución francesa y el Imperio napoleónico, este conjunto arquitectónico fue utilizado como prisión. Pero, desde su clasificación como monumento histórico, fue objeto de una política de restauración continua.
















 Las mareas espectaculares de la bahía (hasta 14,50 metros de altura, 2 veces al día) contribuyeron mucho a hacer del monte una fortaleza inexpugnable. Durante siglos únicamente era accesible por vía terrestre en los momentos de marea baja, y por vía marítima cuando la marea era alta. Actualmente se puede acceder a la abadía en todo momento gracias a la carretera que lleva a los pies de la roca.






Las mareas de la bahía del Monte Saint-Michel impresionan y no sin motivo: con una amplitud de cerca de trece metros los días de mayor coeficiente, el mar se retira a gran velocidad en una decena de kilómetros pero regresa con la misma velocidad. La expresión francesa que lo define es «qu'elle revient à la vitesse d'un cheval au galop» (vuelve a la velocidad de un cabello al galope).



A día de hoy, el Monte Saint-Michel sólo queda rodeado por las aguas en las grandes mareas de equinoccio, es decir, cincuenta y tres días cada año, tan solo durante unas horas. Para devolverle su estado original, en 2005 comenzaron importantes obras de rehabilitación de la bahía (nueva presa en el Couesnon, obras de desarenado y eliminación del dique carretera y del aparcamiento) que permitirán, para 2015, que ¡el Monte Saint-Michel vuelva a ser una isla!




Declarado monumento histórico en 1862, el monte Saint-Michel figura desde 1979 en la lista del patrimonio de la humanidad de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, por sus siglas en inglés).




En la declaración de la Unesco están incluidos también la bahía y el antiguo molino de Moidrey, situado a unos cuatro kilómetros tierra adentro





La arquitectura prodigiosa del monte Saint-Michel y su bahía lo hacen el sitio turístico más concurrido de Normandía y uno de los primeros de Francia, con unos 3,2 millones de visitantes cada año.




Los numerosos edificios del lugar están individualmente clasificados como monumentos históricos (la iglesia parroquial desde 1909, por ejemplo) o inscritos en el inventario suplementario de los monumentos históricos. El conjunto está declarado como un gran sitio de Francia (grand site de France).






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